Gracias a Virginia he aprendido a quererme, a valorarme, a destapar todas esas cualidades y potencial, que todos tenemos, pero que, por circunstancias de la vida, permanece oculto a nuestra propia percepción. También he conseguido afrontar los problemas, no como muros insalvables, si no como retos a superar de los que obtener un aprendizaje que me fortalece, y de los que sentirme orgullosa.
Alcanzar una buena autoestima no es fácil, es un camino duro y lleno de obstáculos, sobre todo, si como ha sido mi caso, no eres consciente ni siquiera de su existencia e importancia, sólo sientes el daño y el sufrimiento que te provoca no tenerla, la necesidad de aceptación y aprobación constante de los demás, hasta que, sin darte cuenta, tú, simplemente te vuelves invisible y desapareces. Pierdes tu propia identidad.
Afortunadamente encontré a Virginia en mi camino, y pude ser testigo de su esfuerzo, de su capacidad de trabajo y superación, de su desarrollo personal, y de cómo decidió compartir sus conocimientos y su propia experiencia para ayudar a los demás.
Tuve la oportunidad de asistir a uno de sus talleres, donde es capaz de crear un clima íntimo y acogedor en el que compartir tus miedos e inquietudes y donde te proporciona las herramientas necesarias para trabajar la autoestima día a día, y todo ello, no sólo porque es una gran profesional si no por su enorme calidad humana, su dedicación y entusiasmo, su empatía, su capacidad para escuchar y para hacer que te cuestiones aspectos de tu vida que antes ni te hubieras planteado porque tú “eras así” y “no podías cambiar”.
Gracias Virginia por hacerme ver que se puede cambiar y que hay otra forma de vivir”.